El 5 de septiembre se celebra el Día Mundial del Hermano, para rendir homenaje a uno de nuestros familiares más cercanos, con el que crecemos, compartimos techo e incluso, en algunos casos habitación, ropa, y confidencias.
Al igual que existe el Día de la Madre, Día del Padre o Día de los Abuelos, los hermanos también merecen su propia jornada.
La elección de este día se debe principalmente a la fecha de fallecimiento de la Madre Teresa de Calcuta, quien dedicó su vida a realizar varias obras sociales por todo el planeta. Y junto a sus hermanas llevó paz y sosiego a muchos necesitados en el mundo.
Aunque en la mayoría de los países se utiliza la fecha para celebrar junto a los hermanos de sangre o de crianza, esta fecha también se refiere a la hermandad espiritual, los hermanos religiosos con los que se comparte la misma creencia o fe.
Como consecuencia, en muchos lugares del mundo, este enfoque ayuda para extender la celebración hacia otras personas que no son nuestros hermanos de sangre, porque al fin y al cabo, todos somos hermanos porque somos hijos del mismo Dios, o hijos del planeta, en el caso de las personas que no sean religiosas o somos hermanos porque la vida nos unió.
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